sábado, 28 de mayo de 2011

Lucha con perseverancia

- Había una vez, una niña de esas de las que creen en los cuentos de hadas y princesas, que tienen su parte mala pero siempre sale todo bien, pero a medida que fue creciendo cada vez creía menos en ellos, la vida cada vez se hacía más dura, fue perdiendo la ilusión por las cosas, cada vez se relacionaba menos con los demás niños de su edad, quería estar sola, ir a su aire ... Ya que nadie la entendía, se sentía muy sola, como es lógico, a medida que fue creciendo un día la rompieron todos los esquemas, después de llevar 6 años en un colegio la cambiaron a un instituto en el que no conocía absolutamente a NADIE. Bueno se dio cuenta de que no había sido tan malo, pues empezó a relacionarme con la gente de su edad y a hacer amigos, pronto llegó el primer "problema" lo típico, la gustaba el chulito del instituto, sí, ese que sabes que jamás se fijará en ti. Bueno el tiempo fue pasando y empezó a salir con los chicos, tuvo pequeñas historias, pero no gran cosa, de hecho no marcaron su vida, pero claro, todo sea dicho, la hicieron perder aún más la poca ilusión que la quedaba, llegó un día en que la niña que ya no era tan niña, ya era una mujer, decidió apartarse del amor, de hecho llegó a odiarlo, hasta que derrepente y cuando menos lo esperaba apareció ese alguien especial en su vida, quizá no tengan la mejor relación del mundo, ni la más bonita, pero aunque a veces no se lo demuestren se quieren, -¿Qué por qué estoy tan segura? Porque han tenido que superar muchos obstáculos y bastante difíciles, han tenido que luchar muchísimo y aunque día a día no se demuestren las cosas, esos detalles lo dicen todo, y discuten, claro que discuten, como todas las parejas, pero ellos saben que de las cosas que se dicen cuando discuten no sienten ni la mitad, un día tuvieron una discusión taaan goordaa, que hasta lo dejaron, ella se pasó tooda la noche llorando, pues lo daba todo por perdido, pero cuando se despertó por la mañana, después de haber dormido un rato, estaba mucho más lúcida y se tiró un laaargo rato pensando en la cama hasta que al fin decidió levantarse, y llegó a la conclusión, como habían quedado como amigos, ella decidió luchar hasta que todo se decidiera de todo, ese mismo día por la tarde estuvo un largo rato hablando con él, ella no quería que él la oyese llorar, pues no es orgullosa, pero ese día si que sacó su orgullo, aunque no consiguió no llorar, él la intentaba consolar, pero no lo conseguía, ella quería dejar de llorar porque se lo estaba pidiendo la persona más importante del mundo para ella, pero le era imposible, decidieron colgar y que por la noche hablarían, por la noche estuvieron un laaargoo rato hablando hasta que el la dijo que esto no era un fin definitivo, después de ese largo rato ella se fue a dormir, esa noche consiguió dormir, a la mañana siguiente ella se despertó con el sonido del teléfono, cuando lo cogió oyó la voz más bonita del mundo, fue el mejor despertar, pero lo mejor aún estaba por llegar, él la dijo que se conectara corriendo ... y la dijo de volveeeer !!! Ella se sentía la niña más feliz del mundo, y de momento ahora las cosas les van bien.
De hecho poco a poco ella va recuperando esa ilusión, y vuelve a creer en los cuentos de princesas ya que ella ha encontrado a su príncipe azul, quizá no sea perfecto, ni el mejor del mundo, ni el más guapo, pero ella le quiere tal y como es y ante los ojos de ella es todo eso y mucho más.

Conclusión que si luchas con ganas, fuerza y perseverancia, puedes acabar alcanzando tus sueños y lo que te propongas, que no es tan difícil, además que cuando realmente quieres algo, haces lo que sea por conseguirlos. Y yo por él doy hasta mi propia vida, porque le amo !!

viernes, 27 de mayo de 2011

Aférrate siempre a los sueños.

- Y cuando no tengas nada por lo que seguir sonriendo, por lo que levantarte cada mañana, por lo que seguir viviendo, aférrate a tus sueños y lucha mucho por ellos si lo haces con perseverancia conseguirás TODO lo que se te ponga por delante. Y bajo ningún concepto des jamás nada por hecho, porque si no arriesgas no saves ni lo que puedes ganar ni lo que puedes perder. No arriesgar es de cobardes y quién no arriesga ... no gana.